Habitualmente en los años he comprado algunas linternas, a precios bastante convenientes. Todas ellas, casi sin excepción, son de plástico y tienen un revestimiento gomoso que podría decirse agradable al tacto. Aclaro que no era yo a elegir este revestimiento, todas eran así y no había mucha alternativa.
Bueno, en modo progresivo, este revestimiento se ha convertido en una capa pegajosa tan repulsiva che estos objetos son prácticamente inutilizables aunque si funcionan perfectamente.

Basta tomarlos que el pegajoso se pasa a la piel de las manos, algo realmente desagradable. Tiempo atrás me había ya sucedido con un pequeño televisor portátil, siempre con este tipo de revestimiento, en ese entonces decidí de tomarme el trabajo de desmontarlo y limpiar pacientemente las distintas piezas de plástico con alcohol. Más allá que el plástico que aflora es de pésima calidad, el esfuerzo para eliminar la goma de toda la superficie fue tanto y en el caso de estas linternas me cuesta ponerme nuevamente a hacerlo.
Ahora yo me pregunto: ¿Es una material experimental y los fabricantes no sabían en lo que se habría convertido? ¿O lo sabían y lo usan a propósito como forma de obsolescencia programada, obligando la gente a comprar continuamente nuevos objetos y contaminando el planeta con más basura tecnológica.
Extraño tanto los tiempos en los que las cosas se hacían para durar.
Gabriel